La lluvia que cae despacio, una
persiana metálica bajando, el tic tac del segundero, un claxon que toca dos
veces, otra más insistentemente, un hielo que naufraga en el gin-tonic,
conversación en la calle, el termostato del radiador se dispara, gruñe el sillón,
las teclas del móvil mientras escribo, un whatsapp que entra, una moto pisando
agua, mi respiración apenas perceptible, el silencio cuando todo deja de sonar
por un instante... Y no hay que estar ciego para escuchar todo esto, ni cerrar
los ojos, tan sólo prestar atención y no pensar en nada, o en casi nada.
¿Escuchas?