domingo, 9 de junio de 2013

Pero.

He tomado un gin-tonic y acabo de llegar a casa. No tengo sueño, me pongo cómoda y pienso en ti, mejor dicho no he dejado de pensar en ti en toda la tarde-noche. Lo he pasado bien, pero tú pones el listón muy alto y todo lo demás resulta bastante normal. Te veía en todo momento, estaba rodeada de gente, pero siempre que miraba hacia otro sitio podía verte, sentir tu mirada, tu presencia. Es algo maravilloso. Hemos hablado de muchas cosas, nos hemos reído, pero nuestros silencios y nuestras conversaciones son tan hermosas que hace que lo demás no tenga sentido.
Me siento tan a gusto contigo, nuestros momentos son mágicos, son tan sólo unos instantes, pero suficientes para llenarme.
Ya sé que no debería decir estas cosas, pero los sentimientos brotan del corazón y del alma y por mucho que intento desviarlos es imposible.
No quiero hacerte daño, y tú lo sabes, te quiero mucho y te respeto enormemente.
Sigo sin tener sueño.
Que tengas un buen día...