He tomado un gin-tonic y acabo de
llegar a casa. No tengo sueño, me pongo cómoda y pienso en ti, mejor dicho no
he dejado de pensar en ti en toda la tarde-noche. Lo he pasado bien, pero tú pones
el listón muy alto y todo lo demás resulta bastante normal. Te veía en todo
momento, estaba rodeada de gente, pero siempre que miraba hacia otro sitio
podía verte, sentir tu mirada, tu presencia. Es algo maravilloso. Hemos hablado
de muchas cosas, nos hemos reído, pero nuestros silencios y nuestras
conversaciones son tan hermosas que hace que lo demás no tenga sentido.
Me siento tan a gusto contigo, nuestros
momentos son mágicos, son tan sólo unos instantes, pero suficientes para
llenarme.
Ya sé que no debería decir estas cosas,
pero los sentimientos brotan del corazón y del alma y por mucho que intento
desviarlos es imposible.
No quiero hacerte daño, y tú lo
sabes, te quiero mucho y te respeto enormemente.
Sigo sin tener sueño.
Que tengas un buen día...
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