Siempre pienso que tus lágrimas
podrían hacer olas en el mar y que no le puedo decir adiós a alguien que nunca
se va a ir de mi vida. Todo eso pienso cuando me da por pensar, cuando estoy
triste. Triste porque surgen malentendidos o pequeños desencuentros que me dan
que pensar. Pero al final mis pensamientos se transforman en sentimientos
mientras tus lágrimas se pierden en el mar sin ser vistas, y no, yo nunca sería
capaz de decir adiós a quien tanto amo.