viernes, 30 de octubre de 2015

Vasos comunicantes.


Como vasos comunicantes, compartimos la esencia que nos llena y complementa. Lo que yo pierdo tú lo ganas, ganas inteligencia, juventud, belleza y presencia. Contigo aprendo a conocerme y a reconocerte. En los malos momentos, cuando se nubla tu mente, soplo con fuerza mi viento que la despeja. Y cuando los tiempos son buenos, la risa nos ilumina por dentro y por fuera. Decir algo más sería volver a decir lo mismo, pero con otras palabras. Por tanto me callo hasta que amanezca.