Bajo un sol de injusticia fui a
tu encuentro. De antemano sabía que no te encontraría, pues desde hace un
tiempo, indefinido, caminas al lado de otros pasos tan perdidos como los míos.
Y aun así fui a tu encuentro. No, no estabas en nuestro camino y por tanto no
pude encontrarte. Pero al desviarme un momento encontré las marcas que probaron
mis sospechas. Pisadas intensas, llenas de tu esencia inquieta, junto a otras
pisadas paralelas. De regreso, pasos tristes los míos, perdieron, para siempre,
tu huella.