No sé sí te habrás dado cuenta, pero es así. Cuando estoy contigo, además de mis ojos y mis oídos, que están pendientes de lo que haces y de lo que dices, mis manos no pueden evitar tocarte. Da igual el sitio en el que nos encontremos, la calle, tu casa, mi casa, una cafetería, un bar, el cine, un concierto... en cualquier lugar mis manos van a tu encuentro y gozan sintiendo tu piel. Creo que transmiten todo lo que siento por ti, atracción, deseo, cariño y mucho amor. En tus manos está seguir otorgándome la libertad de recorrer tu cuerpo con las mías, yo las dejaré hacer, pues ellas te quieren tanto como te quiero yo.