De gris se visten las sombras, no encuentran otro color, ni lo quieren. Siempre fue así, desde que se hizo la luz y comenzaron a proyectarse. Puedes verlas a cualquier hora del día, y de la noche. Tu sombra te acompaña a todas horas, nunca te abandona, aunque no la veas está ahí, fiel a ti y a tus movimientos. Podrás cambiar por dentro, o por fuera, pensar de una manera, o de otra, caminar solo, o acompañado, ella no te fallará, estará a tu lado, porque, si hay luz, es infalible. Yo, si me dejas, quiero ser tu sombra y que sientas que estoy ahí, a tu vera.