lunes, 26 de diciembre de 2016

Amanecer helado.


De tus heridas, que sangran lágrimas de hielo, nada quiero.
Tampoco quiero tus cicatrices, huellas de amores perdidos.
Ni quiero tu mirada de nieve blanda.
Ni tu voz temblorosa, tiritando palabras de escarcha, quiero.
Porque de ti, en este amanecer helado, sólo a ti te quiero.