Una simple planta es capaz de echar raíces en cualquier tapia encalada. A nosotros, en cambio, nos cuesta mucho enraizar contigo.
Buscamos la causa de nuestra desdicha en la fruta que nos dio la vida, aunque también creemos que la tierra que nos ofreces no es tan fértil como merece nuestra semilla. ¿Enraizamos?