sábado, 17 de agosto de 2019

Luna llena


Era luna llena. Todos dormían o aparentaban hacerlo. Las seis marcaba el tiempo y me levanté a mirarte. Ahí arriba iluminabas la noche, proyectabas sombras y alguna duda. Ni una rama se movía, ningún pájaro despegaba el pico, sólo los grillos, intermitentemente, se atrevían a romper el silencio. Y entonces, un crujido de hojas secas anunció su presencia. Vino hacia mí y fuimos uno en un abrazo eterno.