Nadie quiere morir, pero si por
desgracia algún día mueres, que entra dentro de lo normal, pues no se conoce,
todavía, ningún caso de inmortalidad, te gustaría ser recordado. Pórtate bien,
hazte el héroe o el mártir, sé políticamente correcto y no te pases de listo, o
de muy tonto, y quizás, algún día, disfrutes de una tumba espectacular, de una
calle dedicada, de una estatua en el centro de la ciudad, de un cuadro en un
buen museo, de una película oscarizada en la que seas protagonista o de
cualquier otro medio de homenaje a ti y a lo que hiciste en vida. No me tomes a
mí de ejemplo, más bien haz lo contrario, pues yo prefiero pasar, para el resto
de los tiempos, desapercibido.