viernes, 20 de julio de 2012

Soltamos amarras.


Hartos, cansados y aburridos en este dique de Levante, decidimos soltar amarras, darle brío a nuestras maderas y hacernos de nuevo a la mar en busca de refrescantes aventuras más allá del Mediterráneo, rumbo al astillero que nos vio nacer en La Habana. Y aunque fuimos hundidos en Trafalgar, nuestro espíritu sigue vivo y nuestros cañones dispuestos a atronar y ensordecer los oídos de quienes a nuestro paso encontremos.
¡Lista la tripulación: zarpamos!