Sobre planta cuadrada o rectangular, se alzan claustros románicos, góticos, o de cualquier otro estilo arquitectónico. Claustros que nos aíslan del exterior y nos permiten concentrarnos en nosotros mismos. Un patio ajardinado, algunos árboles, una fuente en el centro y el canto de los pajarillos nos conecta con la naturaleza. Si miramos hacia arriba encontramos siempre un cielo tan cambiante como las estaciones del año. Y dentro del cuadrado o del rectángulo, nuestros pasos describen una órbita circular o elíptica, alrededor siempre de nuestros pensamientos más nobles. Espacio donde encontramos paz interior y respuestas a las preguntas que la vida nos plantea a diario.