“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”.
Fernando Pessoa
Guionista él, pintora ella,
llenaban sus días de diálogos ocurrentes y paisajes terrenales. Una vez al mes
subían a la ciudad a rendir cuentas y recibir nuevos encargos.