Después de crear dentro de nuestra cabeza una idea de Dios, acabamos, paradójicamente, haciéndole nuestro creador, creador del propio ser que lo creó. Es decir, creamos a Dios y luego creemos que ha sido él quien nos ha creado a nosotros... También creamos esa otra abstracción a la que llamamos diablo y lo acusamos de ser culpable de nuestras propias maldades... ¿Quiere mayor absurdo?
A mí me parece una tomadura de pelo. No tiene sentido que necesitemos engañarnos para vivir.
1 comentario:
Montaigne, Pessoa y Kafka
Por Fundação José Saramago
Los escritores a que siempre estoy volviendo son Montaigne, Pessoa y Kafka. El primero porque somos la materia de lo que escribimos, el segundo porque somos muchos y no uno, el tercero porque ese uno que no somos es un coleóptero.
“Soy un relativista”, Vistazo, Guayaquil, 19 de febrero de 2004
José Saramago en sus palabras
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