Me gusta tu olor a madera, a
libertad, tu amor a la naturaleza y a la fotografía.
Me gusta tu corazón y tu alma,
eso que parece frialdad pero que no lo es, eso que parece que dices: “yo paso y
casi todo me da igual", pero que quienes te conocemos bien sabemos que es
mentirijilla.
Me gusta también esa pizca de
locura y de "despistao", un poquito más cada día.
Me acuerdo de ti cuando camino,
cuando voy en el coche escuchando música, o en mi trabajo… y tu recuerdo me
trae paz, me relaja y me tranquiliza, me frena, a mí que soy un torbellino, me
frena.
Recuerdo a cada rato tu sonrisa y
la que me provocas a mí, con esa forma de ser tan tuya y tan diferente a las
demás, diferente a todas las que he conocido nunca.
Admiro tu felicidad y tu
fortaleza ante la vida, la simplicidad con que lo ves todo.
Me gusta ser tu amiga y que tú
seas mi amigo.
Quisiera que nuestros pies
siempre caminaran juntos y entraran en el agua a la vez.
Me estás ayudando a caminar y eso
es algo que nunca se olvida.
L.R.