miércoles, 20 de noviembre de 2013

Te vas.

Te vas, has decidido marcharte, escapar, huir a territorios despejados de mi presencia. No te vas de vacío, llevas contigo el tiempo que vivimos alocadamente, el espacio que creamos después de un abrazo inesperado, y tantas y tantas vivencias como días tienen un año y medio de vida intensa.

Me quedo con todo lo que me has dado sin nada pedirte. Y desde lo alto de esta nube de recuerdos que habitamos te despido, viajero misterioso e insaciable. 

Desconozco si algún día volveré a verte pasar, apresuradamente, por la puerta de mi existencia. Sí así es saldré a abrirte y te invitaré a entrar de nuevo para compartir instantes de miradas desbordantes, palabras amables y el fuego que calienta mi alma. 

Te vas, pero queda aquí tu esencia anclada en mi memoria y el perfume de tu piel en el aire que, en calma, respiro.

Adiós, buen viaje. 

Michelle