Sé que es difícil atravesar este desierto árido y hostil: rodeados de arena, escasos de agua y sin encontrar el camino que conduzca a tierras más fértiles.
El mundo que habitábamos, que no era el mejor mundo, se derrumba y quedamos a la intemperie, expuestos a una realidad triste e incierta.
Pero creo que podemos, intentando cambiar nuestra actitud y nuestros pensamientos negativos, iniciar el camino de la paz interior y de la felicidad.
No, no son tonterías budistas, son ideas para seguir adelante con nuestras vidas, dejando de lado los malos momentos y todo el pesimismo que hasta aquí nos ha conducido.