jueves, 8 de noviembre de 2012

Una gran nube de felicidad.


Imagina que tu mente es un cielo azul luminoso e inmenso. Observa con atención a tus pensamientos que, como nubes, lo navegan. Nubes blancas, de algodón, albergan agradables y felices pensamientos. Otras, en cambio, grises y oscuras, van cargadas de granizos y tormentas fruto de aquello que perturba tu esencia. Deja que éstas últimas desaparezcan, se esfumen y desvanezcan en el vacío del universo. Quédate flotando en paz, como una gran nube de felicidad, en el cielo en calma de tu mente.