En ocasiones sí, pero no es lo habitual, lo normal es que no te enamores de un día para otro, sino después de un día tras otro, aunque exista el amor a primera vista o a primera lectura. Cuando te conocí, tú jugabas con ventaja, pues ya estabas enamorada de mí y yo apenas sabía algo de ti, por no decir nada. Y así fue, necesité de unos días, quizás de unas semanas, para quedarme atado a ti, según tú con la cuerda muy larga, por propia voluntad y por todo lo que me dabas. Y desde entonces, y ya va para largo, seguimos enamorados, con nuestras pequeñas crisis de vez en cuando, con nuestras historias y nuestras vivencias de ayer, de hoy y de mañana.