Si las cosas hubiesen sucedido de otra manera, seguramente ahora no estaríamos aquí. No somos dueños de nuestros destinos, en todo caso torpes y desorientados conductores de nuestras vidas. Porque el destino es algo que no está escrito, más bien se trata de un guion improvisado al albur de las circunstancias que se nos presentan a cada momento. El caso es que estamos aquí y aquí seguimos esperando el próximo destino.