Si aprendes a mirar con los ojos cerrados podrás verlo todo, lo que no ves y lo que sueñas, lo que sientes y lo que imaginas. Es una mirada interior que conecta con la esencia de lo que hay fuera, una proyección de lo que existe y de la idea que tenemos de su singularidad. Cierra los ojos y mira, yo ya te estoy viendo.