Entre palmeras paseaba triste su
desdicha bajo una luz amortiguada. Sentía la soledad acompañándole por dentro y
el silencio de lejanos recuerdos sonaba con fuerza aquella mañana. La vida se
deshacía bajo sus pasos sin apenas horizontes que recorrer. Sí, era el final
tantas veces anunciado y no, ya no había marcha atrás.