Junto al árbol, antes de que se
apagase la Navidad, quiso decirle lo que nunca antes se atrevió a decirle, una
declaración de amor en toda regla, con muchas ilusiones, pero sin condiciones,
con todo el sentimiento acumulado desde el primer día que la conoció. Muda
quedó un instante eterno y sucumbió, porque ella también lo amaba.