El amor no descansa, pero el
deseo puede tomarse unas vacaciones. De regreso te mira con los ojos de antes,
aquellos que despertaron mis instintos de hombre. Soñarte, imaginarte, recordar
nuestros encuentros, nuestros largos abrazos, nuestros interminables besos,
recordar mis manos recorriendo tu cuerpo, recordar mis dedos explorando tu
sexo, sentir tus labios mientras muerdes los míos, sentir el encuentro de
nuestras lenguas dentro y fuera de nuestras bocas, poseerte con la mía, sentir
la tuya conmigo dentro, penetrar en la profundidad de tu cuerpo y ver la luz en
tus ojos mientras escucho el gemido de tu disfrute. Todo eso es lo que ahora,
cuando amanece, viene a mi memoria y despierta mi deseo.