miércoles, 24 de junio de 2015

El techo de cristal.


Puedes romper tu techo de cristal, para tocar el cielo, o permanecer a cubierto bajo él, a modo de invernadero, contemplando un magnífico infinito inalcanzable. Te dirán que fuiste valiente en el primer caso y cobarde en el segundo. Pero nadie mejor que uno conoce sus circunstancias personales y lo realmente valiente es no abandonar el barco hasta que todo esté perdido.