De planta cuadrada o rectangular.
Arcos góticos o románicos. Columnas con capiteles que cuentan historias. Un jardín
central con una fuente o un pozo. El cielo cambiante sobre los tejados. Esculturas
y cuadros en las paredes. Sonidos de agua y trinos de pájaros. Pasos describiendo
una órbita circular o elíptica. Pensamientos, luces y sombras mientras giramos en
el claustro.