“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”.
Fernando Pessoa
Débil era su memoria y frágil el
recuerdo, pero olvidarte no podía. Con insistencia repetía tu nombre, Lucía, y
el eco de tu imagen, reflejado en sus pupilas, testimonio daba de lo mucho que
te quería.