domingo, 24 de abril de 2011

STOP


Stop, alto, detente, deja de volar en el cielo de tu imaginación.
No eres consciente del riesgo que asumes mostrando tus acrobacias aéreas.
Eres un contable responsable, serio y metódico, y la imagen que tenemos de ti, cuando trabajas, no corresponde con la manera de llevar estos libros de contabilidad personales.
Sabes perfectamente que la contabilidad creativa es otra cosa: ocultar beneficios para pagar menos impuestos, engordar el activo para obtener crédito, etc.
Por favor, te rogamos que de una vez por todas aterrices, que guardes en el hangar tu acrobática avioneta amarilla y reflexiones sobre el daño que estás causando al colectivo y a la profesión.
Por último te recordamos que esta semana tienes que superar la auditoría externa y debes estar totalmente concentrado en tu trabajo y causar buena impresión a Elena. Nos jugamos mucho con el informe que emita y no estamos dispuestos a admitir ningún fallo tuyo.
Stop.

La fuerza del viento.


Si el viento, que no vemos, es capaz de girar las aspas metálicas de un gigante molino, qué no será capaz de mover la cristalina mirada de unos ojos cuando enlazan en linea recta con los nuestros.
Su luz penetra en nuestra retina cegando nuestros banales pensamientos e iluminando nuestra piel que reacciona con un intenso escalofrío.
Porque hay miradas que matan con los rayos asesinos que emiten, y otras miradas que expresan cualquier sentimiento o emoción: tristeza, incertidumbre, sorpresa, timidez, alegría, rabia, amor, deseo...
Yo quedo paralizado con el viento de tu mirada, cuando inesperadamente te observo y me miras asombrada.

Despierta.


Si estás despierta, imagina. Si duermes, sueña. Y cuando despiertes de tu sueño, continúa imaginando la realidad que ahora te toca vivir, despierta. Porque todo cuanto te rodea y las personas que te acompañan en este momento ya antes las has soñado, en otras noches y en otros días, despierta. Y ya has vivido lo que ahora representas, por eso siempre aciertas en tu papel de actriz que sueña, despierta. Y no olvides que en el camino de los ingleses los sueños se confunden con la realidad que imaginamos, mientras vemos pasar la vida por delante de nosotros, despiertos.