Con un poco de imaginación y
mucha ilusión, unas luces de colores anuncian un tiempo de paz y de tregua. Hay
un mensaje de amor flotando en el ambiente. La verdadera fiesta consiste en
querernos, perdonar y perdonarnos, no vaya a ser que se nos vaya la vida en
disputas absurdas y estériles. Que no cueste tanto decir te quiero, te amo, te
aprecio... esas son palabras mágicas que abren la puerta de la felicidad.