viernes, 26 de mayo de 2017

Sin palabras.


Aparcados, uno detrás de otro, en fila de dos, blanco y gris al final de la tarde. Corre un aire de tormenta entre las ventanillas delanteras. Vestida de fiesta me miras como si nada. Y antes del primer beso un silencio nos delata. Sesenta minutos es algo más que una hora. Pero pasan pronto, mucho antes que una historia de amor sin palabras.