viernes, 18 de junio de 2010

Dios según Saramago.



Después de crear dentro de nuestra cabeza una idea de Dios, acabamos, paradójicamente, haciéndole nuestro creador, creador del propio ser que lo creó. Es decir, creamos a Dios y luego creemos que ha sido él quien nos ha creado a nosotros... También creamos esa otra abstracción a la que llamamos diablo y lo acusamos de ser culpable de nuestras propias maldades... ¿Quiere mayor absurdo?
A mí me parece una tomadura de pelo. No tiene sentido que necesitemos engañarnos para vivir.