miércoles, 11 de marzo de 2015

La armadura.


El día que me despoje de la armadura comprobarás que dentro de mí no hay nada y que todo fue un fantástico sueño en una noche medieval. Mientras tanto seguiremos creando historias de reinas y soldados y recreándonos con ellas. Vivimos, realmente,  aquello que es fruto de nuestra imaginación, lo demás, para nosotros, carece de interés.

Ponernos la armadura y proteger nuestra intimidad. Ocultar lo que llevamos dentro. Establecer una barrera metálica que nos aísle de los demás. Actitud de defensa y quizás también de ataque. Prepararnos para recibir golpes y evitar sus consecuencias. ¿Quién no lleva una armadura invisible puesta? ¿Quién está dispuesto a quitársela y mostrar realmente qué es lo que hay dentro de él, o de ella?