lunes, 4 de febrero de 2013

Ausente poema.


Como ausente,
fantasma entre paredes de colores,
deambulo en silencio,
callado,
de un vacío a otro,
sin expresar ninguna emoción,
ningún sentimiento.

Innecesario,
inútil de tanto desaparecer,
escucho el eco de palabras oscuras
que todavía resuenan en la bóveda de mi memoria.

Y continúo en silencio,
como ausente,
perdido en un tiempo muerto,
gris,
esperando un viento cálido de primavera
que arrastre la ceniza que cubre mi alma.

Sé que hace tiempo dejé de hacer falta aquí,
que mi presencia era innecesaria e hiriente,
pero me cuesta huir hacia adelante
dejando atrás las huellas de mi ausencia.

Conexión.


Como torres eléctricas alienadas en medio del campo, sin posibilidad de desplazarnos y reunirnos con otras, sentimos la conexión que nos une a través de los cables eléctricos que soportamos. Y cuando falla la corriente, el fluido eléctrico que nos magnetiza, conectamos sentimentalmente unas con otras para transmitirnos, inalámbricamente, las emociones que nos provocan los fenómenos meteorológicos, las estaciones del año, los cambios de paisaje y las aves que se posan en nuestras cabezas. Sí, al igual que vosotros, estamos conectadas: sentimentalmente y por cable.