Como
ausente,
fantasma
entre paredes de colores,
deambulo
en silencio,
callado,
de un
vacío a otro,
sin
expresar ninguna emoción,
ningún
sentimiento.
Innecesario,
inútil
de tanto desaparecer,
escucho
el eco de palabras oscuras
que
todavía resuenan en la bóveda de mi memoria.
Y
continúo en silencio,
como
ausente,
perdido
en un tiempo muerto,
gris,
esperando
un viento cálido de primavera
que arrastre
la ceniza que cubre mi alma.
Sé que
hace tiempo dejé de hacer falta aquí,
que mi
presencia era innecesaria e hiriente,
pero me
cuesta huir hacia adelante
dejando
atrás las huellas de mi ausencia.