Como torres eléctricas alienadas en medio del campo, sin posibilidad de desplazarnos y reunirnos con otras, sentimos la conexión que nos une a través de los cables eléctricos que soportamos. Y cuando falla la corriente, el fluido eléctrico que nos magnetiza, conectamos sentimentalmente unas con otras para transmitirnos, inalámbricamente, las emociones que nos provocan los fenómenos meteorológicos, las estaciones del año, los cambios de paisaje y las aves que se posan en nuestras cabezas. Sí, al igual que vosotros, estamos conectadas: sentimentalmente y por cable.
“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”. Fernando Pessoa
lunes, 4 de febrero de 2013
Conexión.
Como torres eléctricas alienadas en medio del campo, sin posibilidad de desplazarnos y reunirnos con otras, sentimos la conexión que nos une a través de los cables eléctricos que soportamos. Y cuando falla la corriente, el fluido eléctrico que nos magnetiza, conectamos sentimentalmente unas con otras para transmitirnos, inalámbricamente, las emociones que nos provocan los fenómenos meteorológicos, las estaciones del año, los cambios de paisaje y las aves que se posan en nuestras cabezas. Sí, al igual que vosotros, estamos conectadas: sentimentalmente y por cable.
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