Como las cosas bien hechas todo requiere tiempo y paciencia.
Aunque, a veces, el tiempo se nos hace infinito y la paciencia imposible de
aguantar.
Queremos correr y que todo lo que anhelamos nos salga bien y
pronto. No nos damos cuenta de que la prisa no es la mejor forma de recorrer el
camino.
Me has enseñado que hay que ir parando a disfrutar de cada
recodo y lo que en él nos encontremos. Me has enseñado a vivir el momento. A
vivirlo así: tomándonos nuestro tiempo y disfrutándolo con paciencia. Gracias.
LR