Hasta aquí hemos llegado. Puedes continuar tu camino, yo me detengo, no quiero seguir a tu lado. He aguantado tu ritmo, pisado tu estela, siempre detrás de ti, y estoy agotada, exhausta.
Creo que eres un perverso narcisista. Sólo te quieres a ti mismo y aprovechas cualquier momento y cualquier situación para hacerme daño con tus retorcidas palabras, tus gestos de desprecio y tus silencios que ignoran mi presencia.
Buen viaje, disfruta de tu compañía y del daño que causes a otra pobre infeliz, como lo has hecho conmigo. Espero no volver a verte y coincidir, en cualquier calle, con otro hombre, un hombre íntegro y cariñoso que se fije en mí, me quiera y respete mi vida.