Frutas

Frutas de verano que trae consigo la amistad.

Aserrín

Recolectando serrín tras la procesión que recorrió las alfombras. Sólo las niñas, también los niños, detectan y aprecian el valor lúdico de los objetos y de las cosas aparentemente insignificantes.

En el tejado

Se iba por las ramas y se subía por los tejados, no había manera de tenerla a mi lado. Huía cuando yo llegaba, pero siempre estaba ahí, merodeando. Hasta que un día la atrapé al vuelo y ya no quiso marcharse, se quedó a vivir conmigo y se le fueron la timidez y el miedo.

En la fuente

Juegos de verano alrededor de una fuente.

El espejo

Según dónde coloques el espejo un reflejo diferente te dará, procura pues ponerte en el lugar adecuado si quieres que tengan una buena imagen de ti.

Noche de San Juan

Corta, intensa y luminosa, juntos, se nos hizo la noche. 

De serrín

Alfombras de serrín en Elche de la Sierra, efímero arte de la noche al día.

Leyendo

Sentado bajo la cruz, delante de la ermita, leía y su imaginación se perdía entre páginas de fantásticas aventuras, así crecía, día a día, su amor por la lectura y la poesía.

Allí

Allí, en aquél lugar, se abre un valle y discurre un río, Estena le llaman, ignoro el motivo, hasta llegar al Guadiana.

Tímido sol

Detrás de un velo de nubes un sol tímido y difuminado se oculta, si lo miras no deslumbra, pero te hechiza.

La lámpara mágica

Apagada no dices mucho, pero cuando te enciendes eres mi luz, mi reflejo y mi sombra.

Junto al río

Limpias y mansas bajan las aguas, sorteando piedras y entonando un rumor que serena el alma. En el monasterio, junto al río Batuecas, un cartel de madera invita a la vida contemplativa. Dos Carmelitas descalzos, por el camino de la oración y de la espiritualidad, salen a mi encuentro.

Sin palabras

No sé qué decir ni decir sé lo que quiero, sólo quiero decir lo mucho que te quiero.

Fe

Hay dos tipos de fe: la que transciende y la que nos da de comer.

Meandro del Melero

De tus curvas sólo recuerdo el placer de recorrerlas.

Nuestra Señora de la Peña de Francia

"Perdido llegué hasta aquí y te encontré".

De noche

De noche el paisaje es otro, dominan la luz artificial y la oscuridad. A distancia es difícil ver con claridad. Es entonces cuando entra en juego la imaginación, la sospecha y la equivocación. No te equivoques, juzga lo que ves con tus propios ojos y a plena luz del día, deja que pase la noche.

Morriña

No hay dos playas iguales ni dos almas gemelas, hay una brisa común, un mar de fondo y un cielo azul que cambia de color según la hora del día: negro, amarillo, aguamarina, naranja o gris, cuando te inunda la morriña.

Carretera y Marta

La carretera se estira alfombrando la huida, atrás queda la ciudad y su insípida rutina. Cualquier destino huele a libertad, a campo abierto, a vida. Sobre un techo de nubes, a modo de faro, el sol me guía, "Malamente", canta Rosalía. Dará mucho de sí el día, y también la noche, con tu compañía.

Sin cabeza

Un consejo te doy, soldado, si algún día pierdes la cabeza que sea por amor o por una noble causa.

La tregua

Y se dieron una tregua, un cese temporal de amores y hostilidades, un respiro, un alivio que pusiera en orden sus cabezas y sus corazones.

La Encina

La estación estaba vacía, abandonada a su muerte. Si un día fue parada obligada del tren Botijo camino de Levante, con vagones de madera y almuerzo de tortilla de patatas, ahora sólo la habitaban recuerdos. El cerro de enfrente pasó de ser soporte publicitario de CYNAR, bebida imposible de hierbas y alcachofa, a cantera hasta perder su alma y también su piedra. El paso del tiempo es así, nostálgico e implacable a la vez, en una estación de paso.

En el puerto

En el mapa de tus cicatrices hay una larga y profunda, huella de la herida que costó demasiado tiempo cerrar. Tú sangrabas amor por los cuatro costados y yo, que siempre fui parco en palabras e inútil para las urgencias, no logré taponar ni la más pequeña de tus hemorragias. Ahora, después de un año, curada ya, también de espanto, es, tal y cómo me prometiste, tiempo de embarcarnos juntos rumbo a la felicidad.

Fiesta flamenca

Y en las salinas fiesta flamenca hasta el anochecer.

Castillos de arena

Hay una playa inundada de recuerdos, castillos de arena que no borró el tiempo.