lunes, 30 de noviembre de 2015

domingo, 29 de noviembre de 2015

La casa abandonada.


Al comienzo de la noche encontramos la casa que no andábamos buscando. Nos recibió con las luces encendidas y el vacío de un tiempo lejano. Se rompió el silencio al llamar a la puerta pero ningún fantasma acudió a abrirnos por miedo, creo, a reconocernos. Y tuvimos que pasar el resto de la noche a la intemperie, sin más cobijo que nuestras propias sombras.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Dalí.


Forjando sueños metálicos en el taller de José Luis Martínez, artista de todo corazón.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Semillas.


Hay quien sólo ve unas semillas.
Otros, en cambio, ven un árbol y sus frutos.
Yo veo una hélice.
Diferentes maneras de mirar y de interpretar lo que vemos.

jueves, 26 de noviembre de 2015

miércoles, 25 de noviembre de 2015

martes, 24 de noviembre de 2015

Música celestial.


A música celestial sonaban sus palabras divinas, no por lo que decían, que era bien poco, sino por el alma que ponía al pronunciarlas. Cuando se apagaba su voz el silencio se oía más fuerte que nunca, tal era su encanto. Hace tiempo que dejó de hablarme, desde entonces sólo escucho el eco de su voz perdido en la bóveda de mi memoria.

viernes, 20 de noviembre de 2015

¿Y?


¿Y?
Fue la pregunta abierta,
como una herida sangrante.
De antemano sabía que no hallaría respuestas,
pero decidió preguntarlo todo,
de una vez por todas,
y escuchar,
de su voz,
el silencio.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Faltaba el beso.


Cuando se siente es fácil decir "te quiero",
yo lo siento y no me resulta complicado.
Sé que te herí sin querer
y queriendo te envié una blanca flor,
pura como tu alma,
para intentar borrar mi falta.
También sé que ahora es tiempo de duda y de desamor,
y que el tiempo casi todo lo cura.
Faltaba el beso con la flor
y por eso ahora te lo entrego. 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Dando la vuelta.


Nos gusta darle la vuelta a las cosas. No para verlas mejor, ni peor, sino para verlas desde otro punto de vista. Y visto lo visto no hay nada más que ver ni que decir tiene.

martes, 17 de noviembre de 2015

Flores blancas,


Flores blancas de otoño,
vestidas de novia,
atraen la mirada de fotógrafos despistados
y anuncian un invierno nevado.

Flores que te envío por el aire,
a modo de desagravio,
para limpiar mis palabras
manchadas aquella noche desafortunada.

Colócalas en un recipiente plateado
y riégalas con tu llanto,
y si marchitan,
como un amor oxidado,
te enviaré otras que enciendan tu ánimo.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Puerta giratoria.


¿Cuántas mujeres, y cuántos hombres, quedan atrapadas en la puerta giratoria, sabiendo que sus vidas, de puertas adentro, no tienen sentido y temerosas de salir a conquistar un futuro incierto? 

domingo, 15 de noviembre de 2015

sábado, 14 de noviembre de 2015

¡Cuidado con las sombras!


Una sombra que se arrastra. Que huye del árbol que la proyecta. Que busca una pared para levantarse. Que la encuentra. Que agarrándose fuertemente con sus ramas secas consigue ponerse de pie. Que ahora ya no es sólo una sombra, sino un árbol más. Algunos pájaros vienen a posarse en él, sin percatarse de lo imposible de su empeño. Un perro levanta la pata y orina en el tronco, manchando la pared. Y un intrépido grafitero, atento a todo lo que ven sus ojos, dispara un bote de pintura aerosolada, utilizando la sombra como plantilla, y consigue transmutarla definitivamente en árbol. ¡Cuidado con las sombras!

viernes, 13 de noviembre de 2015

jueves, 12 de noviembre de 2015

La hojita.


Era cierto. El otoño las cuidaba, hacía lo que podía para mantenerlas vivas. Las trataba mejor que nadie, las mimaba, las quería a todas por igual. No quería perderlas, a ninguna. Eran sus amigas y prefería verlas en el árbol a imaginarlas fundidas con él.
Y ellas le correspondían. Cada vez que lo veían llegar se agitaban y susurraban. Todo el campo las veía y escuchaba esos susurros, eran como canciones de amor que alegraban a todos.
Pero sí, inevitablemente el otoño seguía haciendo su trabajo y por mucho que quisiese ver a sus hojas pegadas al árbol, llegó ese día en el que les tocó caer. Cuando lo vieron aparecer, aunque ya no se les notaba, se volvieron a poner coloradas. Es lo que tiene el amor! ... y cayeron, una tras otra, a su lado, encima de sus pies, las más atrevidas se posaron un momento en su hombro, y así, una a una fueron cayendo todas.
Pero una, solo una pequeña hoja, la más pequeña, se quedó arriba colgada del árbol. Era una hoja de las que más desapercibida pasaba pero era la hoja que más enamorada estaba del otoño. Durante todo el tiempo, mientras sus compañeras coqueteaban, ella se dedicaba a pensar y sin dejar de mirarlo pensaba y pensaba la forma de mantenerse para siempre unida al árbol para poder verlo pasar cada día. No conseguía descubrir cómo hacerlo y cada día se sentía triste y se resignaba.
El día que todas empezaron a caer, ella con sus ojos cerrados se resignó a su suerte. Procuro no mirar para no ver, no moverse para no sentir, procuró no latir...

Un silencio absoluto se adueñó del campo. Después, las pisadas de un humano, a continuación el sonido de un rastrillo y algún llanto apagado de alguna hoja suelta y después otra vez el silencio. La hojita se quedó helada. ¿Dónde estaba?, no se atrevía a abrir los ojos ni tan siquiera a moverse. Pero entonces sucedió algo: escuchó su brisa y sintió sus caricias....era él, su otoño. Abrió los ojos y allí estaba, seguía colgada del árbol, y bailó, sin parar, el amor que sentía por su querido otoño había obrado el milagro, permanecería en el árbol, como poco hasta la siguiente estación en la que otras hojas volverían para hacerle sombra. Mientras tanto ella sería la única que seguiría viéndolo y amándolo. 

LR

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Hojas rojas.


El otoño seguía haciendo su trabajo mientras, de vez en cuando, observaba cómo las hojas se ponían coloradas al sentir su mirada. Sabía que tarde o temprano caerían rendidas a su encanto y que en un profundo sueño se fundirían con él.

martes, 10 de noviembre de 2015

Cristales rotos.


Como un imán que atrae sin saber bien porqué, una poderosa fuerza me detuvo delante de esa misteriosa puerta. Por un instante pude sentir el vacío que llena un alma abandonada. El silencio, la oscuridad, rota por la luz que se filtraba a través de otra ventana, y la calma de la derrota inundándolo todo. Imaginar que allí dentro corrió la vida y que ahora tan sólo unas esqueléticas arañas tejen redes para pescar su sustento. Sentí que un cristal se me partía por dentro. El ladrido de un perro callejero despertó mi hechizo y me devolvió al camino.

lunes, 9 de noviembre de 2015

El amante japonés.


Voy paseando sobre una alfombra de hojas, unas secas, otras tiernas, otras ni una cosa ni la otra y las dos cosas a la vez. Camino y pienso, y siento. Noto el aire fresco que me da en la cara. Se está levantando viento, parece que va a llover. Las hojas empiezan a revolotear a mi alrededor. Se mueven cada vez más rápido y alguna que otra sube a mis zapatos. Las piso y es cierto que unas cuantas crujen. Me paro a mirarlas. Si me fijo bien puedo leer lo que hay escrito en ellas, historias del pasado. Éstas son hojas nuevas, pero da igual, cada año se repiten y nos hacen rememorar aquello que ya pasó.Recojo una del suelo, la más bonita, todavía no está seca del todo, pero casi. La voy a poner entre las páginas del libro que me estoy leyendo ahora: "el amante japonés", me servirá de marcapáginas hasta que se seque y se rompa, y mientras tanto, cada vez que abra mi libro y vea la hoja, lo recordaré, a él, a ese amigo que me susurra al oído lo que quiero escuchar: palabras, frases, historias y sentimientos , a ese amigo que escribe para mí alguna que otra vez, a él, que me acompaña en las buenas y sobre todo en las malas. Me recordará las veces que está a mi lado sin estar y las que está estando, pero sobre todo me hará soñar, soñar y desear que llegue el día en el que una de esas hojas entre por mi ventana, me acaricie suavemente la cara y me susurre al oído lo mucho que me ama.
LR

domingo, 8 de noviembre de 2015

sábado, 7 de noviembre de 2015

viernes, 6 de noviembre de 2015

Hojas crujientes.


Hojas crujientes alfombran mi camino. Hojas que llevan escritas palabras sentidas y que al pisarlas lloran. Hojas que cuentan historias pasadas, de otros lluviosos otoños. Hojas que a mi paso se las lleva el viento y van a parar a tu ventana. Hojas que llaman para que les abras. Hojas que entran y acarician tu cara. Hojas que susurran a tu oído lo que me pasa. Hojas, tristes hojas de otoño te aman.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Flash.


Y cuando menos te lo esperas, a contraluz, el Sol, o el amor, dispara su potente flash deslumbrando tu camino.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Cuesta arriba


Giramos la cámara, de la misma manera que hacemos con nuestros pensamientos negativos, y el camino se nos pone cuesta arriba.

martes, 3 de noviembre de 2015

Ruinas.


Incluso aquello que nos parece una ruina también tiene su encanto, el encanto de una vida desgastada por el abandono y el paso del tiempo.

lunes, 2 de noviembre de 2015

domingo, 1 de noviembre de 2015

Pasos en falso.


Antes de dar un paso en falso, que comprometa tu vida, comprueba que el terreno que pisas soporta tu imprudencia. Si es así echa a andar sin miedo, y si no lo es atente a la consecuencia.