miércoles, 18 de enero de 2012

Nevando.

Copos de nieve descienden suavemente aterrizando en la ciudad. Cubren de blanco frío las calles y tejados. Traen la calma que paraliza el tráfico y vacía las calles.

Momento que aprovechas para manifestarte, mágica aparición inesperada que congela el tiempo y me permite contemplarte en todo tu esplendor.

Vapor de agua incolora que al cristalizar, tras la sublimación inversa, adquiere, misteriosamente, color blanco. También las nubes, mezcla de agua y aire muestran su blancura.

Tu sonrisa, mezcla de gestos y brillos, ilumina tu rostro y cambia por simpatía el mío, reflejo de tu dorada luz.

Es el aire, presente en los cristales de hielo de la nieve y en el vapor de agua de las nubes, quien difunde el blanco de la luz.

El cálido aire, presente en tu esencia, sublima la nieve que te rodea y juntas os esfumáis a nubes azuladas que sobrevuelan mi atónita presencia.

¡Hasta la próxima nevada!