Cinco manos en cada dedo, cinco lobas tiene el lobito, cinco
eran tres las madres de Elena, cinco minutos eternos de espera, cinco por cinco
veinticinco y dos que te llevas, cinco años de amor sin condena.
“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”. Fernando Pessoa
viernes, 2 de noviembre de 2018
Fieles difuntos
Quedó su cuerpo reducido a ceniza y el humo de su alma
asciende a la eternidad, fieles difuntos le esperan.
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