De par en par, con las olas
abiertas, paseaban su amor junto a la orilla; arenas movedizas, bajo sus pies,
el caminar deprisa les impedían; palabras dulces, con un toque de salada brisa,
de sus gargantas nacían; horizontes azules, de mar y cielo, se confundían; una
gaviota atrevida rozó sus cabezas con alegría y en ese mágico instante sus
manos, temblorosas y anhelantes, se dieron la vida.
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