El retrovisor.

La vi pasar y nuestras miradas se encontraron un instante, segundos después la nostalgia quedó reflejada en la memoria del retrovisor, para siempre.

Energía.

Una energía invisible, pero intensa, llámale amor o amistad, en la distancia nos conecta.

Amanece.

Todos los días, tarde o temprano, amanece.

Paja.

La paja en el ojo propio, sin ir más lejos.

Reflejos.

Amores paralelos brillan en las aguas del puerto hasta el amanecer.

De pesca.

Vestida de redes se fue a pescar pero todos los sentimientos se le escapaban.

Reflejos.

Dorados reflejos tiñen la mar de inolvidables recuerdos.

Matria.

He conocido a mucha gente que ama el mar como una "matria". Gente que nació con escamas, llevada por la madre en el canastro del pescado después de dar a luz en un camino solitario. Gente para la que la misma barca fue cuna y ataúd. Gente que naufragaba al pisar la tierra. Que se ahogaba cuando estaba lejos del agua como quien respira por branquias.

Mnauel Rivas. 

En luna llena.

En luna llena un vacío de amor mi habitación inunda. Inmaculada luz, tan lejana en el tiempo, sobre mis sábanas raídas tu recuerdo aviva.

No matarás.

¡No matarás!

Ni siquiera a una mosca.

Mirando al suelo.

Hay que mirar donde pisamos.

En el último sueño.

Me atrapó en el último sueño. Sin saber cómo apareció mientras buscaba una oficina de Caja Madrid. Se agarró a la parte de atrás de mi cinturón y ya no pude abandonarla. Media melena, mediana estatura, cuerpo menudo, labios rojos y aire melancólico. Le dije a mi amigo, que se había quedado al cuidado de las bicicletas, que acababan de atraparme y que diera él todas las explicaciones a quien quisiera conocerlas. A partir de ese momento me entregué a ella hipnotizado. Con frágil voz y mirada luminosa comenzó a contarme su relato hasta que los reflejos del amanecer cegaron mi sueño.

Tentáculos.

Tentáculos de luz arañan nuestras sombras.

Centrifugando.

Incluso a los corazones más sensibles, como el mío, el tiempo y los acontecimientos de cada día, esos que son imprevistos y duelen, va endureciéndolo. Momentos de dolor e interrogantes que duelen, frases que hacen daño al leerlas, por incomprensibles o por ser demasiado claras. Y otros momentos en los que nada de todo eso importa. Lo das todo y para qué. ¿Importa algo todo lo que importa?

LR

Desolación.

¿Qué queda cuando no queda nada? Quedan paredes pintadas de vida, queda un suelo de pisadas herido y queda el cielo, siempre nos queda el cielo, para no sentirnos perdidos.

En el olvido.

Mejor olvidar aquello que no queremos recordar.

Negro.

Cuanta más luz, más negro lo veo todo.

Sombricidio.

Sombricidio: cómo acabar con tu mala sombra...

Desde la barrera.

Toro es posible, desde la barrera.

Entre luces y sombras.

Entre luces y sombras me muevo buscando siempre el reflejo de lo que veo, mas cuando te encuentro mis ojos son sólo para ti.

En el punto de mira.

Cuando has disparado todas las balas de pasión que tenías en el cargador y ves que aun así no logras abatir a la mujer que aparece en el punto de mira, no queda más remedio que amarla cuerpo a cuerpo.

De barro.

Somos figuras creadas con el mismo barro y por eso nuestros cuerpos tienden a fundirse, de nuevo, en un largo abrazo.

Puerta abierta.

Si encuentras una puerta abierta no dudes, entra.

Aires murcianos.

He visto más vida en ciertas figuras de bronce que en algunas personas que tengo a mi lado.

Ciegamente.

Abre la ventana y mira, deja que la vida entre por tus ojos ciegamente.

Navegando.

Olas, rojas de afectos, mecen mi barca en tus orillas. Faros de miel, tus ojos, endulzan mis horizontes infinitos. Por tus ríos de sangre caliente recorro tu cuerpo, a flor de piel, de norte a sur y de levante a poniente. Tu corazón es un mar inmenso donde navego.

Libisosa

Para entender el presente y presagiar el futuro, nada mejor que regresar al pasado.

Libisosa.

Para entender el presente y presagiar el futuro, nada mejor que regresar al pasado.