El río, que ahora baja tranquilo, a veces se desborda llevándose por delante todos nuestros sueños.
“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”. Fernando Pessoa
Seres inanimados nos observan con estupor, no comprenden el ajetreo de vida que llevamos, para ellos todo es más sencillo.
Suele estar ahí al lado, pero nos cuesta encontrar la salida. Y no me refiero a puertas físicas, sino a estados, entre otros, sentimentales.
A veces, no queremos ver lo evidente y miramos hacia otro lado, pero tarde o temprano tendremos que mover ficha y cambiar de escenario.
Hay parejas que caminan juntos, pero van por separado. Un par de metros de distancia física entre ellos y kilómetros sentimentales de alejamiento que se ven a la legua