“Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, parándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza”. Fernando Pessoa
viernes, 23 de abril de 2010
miércoles, 21 de abril de 2010
A Coruña 21 de abril de 1980.
Hoxe, cando o Sol canso e feble
Comenzou a caer no horizonte,
Acordeime de ti, irmán,
Das nosas rifas e pelexas,
Das nosas duras discusións.
Por que tantos desgustos
Se agora, cando a túa presenza falta,
Todo son saudades e amargos recordos?
Hoxe, Javier, irmán, pensei en ti
E na familia estragada pola túa ausencia.
E, porén, todos teus os recordos
Foron gratos e emotivos.
Hoxe, de novo, vivín xunto a ti,
Volvemos rifar por uns minutos,
E descubrín, que no fondo,
Aprécioche e quéroche.
Hoxe, javier, viviches outra vez...
Co teu irmán.
">
domingo, 18 de abril de 2010
Se va la tarde.
¿Dónde va la tarde tan cansada?
¿Qué prisa tiene de dejarnos?
¿Acaso le no gusta que jueguen?...
Se va porque está triste,
Alguien la ha utilizado,
Han abusado de ella,
Mentido en su nombre,
Usado su paz, calidez, melancolía.
La tarde está triste, sí,
Huye de falsas promesas de enamorados,
De gestos dudosos, teatrales…
De ambiciones vulgares, sin fondo.
La tarde se refugia en su madre, la noche,
Ella la cubre con su manto oscuro
Y la protege de violadores enmascarados.
La tarde llorando va…
Mañana, ¿Mañana nos acompañará?
jueves, 8 de abril de 2010
A tu lado.
He venido hasta aquí
Siguiendo la luz emitida
Por los recuerdos de aquellos
Momentos vividos a tu lado,
En busca de la paz final,
Del último destino.
He llegado hasta aquí, a tus pies,
A Punta do Boi, en la Costa de la Muerte,
Esperando el destello final
Que ilumine mi último viaje inevitable.
Contemplo, a lo lejos,
La silueta del carguero
Que lentamente avanza,
En el horizonte curvilíneo,
Retornando al puerto que le espera
Como a mí me espera la muerte.
Cuántos años has guiado a las naves
Que surcan estas costas infernales,
Azotadas por furibundas tempestades,
Avisando del peligro fatal
De acercarse a los acantilados
Para no encallar en los arrecifes,
Evitando trágicos naufragios.
Siguiendo la luz emitida
Por los recuerdos de aquellos
Momentos vividos a tu lado,
En busca de la paz final,
Del último destino.
He llegado hasta aquí, a tus pies,
A Punta do Boi, en la Costa de la Muerte,
Esperando el destello final
Que ilumine mi último viaje inevitable.
Contemplo, a lo lejos,
La silueta del carguero
Que lentamente avanza,
En el horizonte curvilíneo,
Retornando al puerto que le espera
Como a mí me espera la muerte.
Cuántos años has guiado a las naves
Que surcan estas costas infernales,
Azotadas por furibundas tempestades,
Avisando del peligro fatal
De acercarse a los acantilados
Para no encallar en los arrecifes,
Evitando trágicos naufragios.
En cuántos momentos de mi vida
Has orientado mis pasos
Cuando mi cerebro era un mar de dudas
Y a tu lado encontré la tranquila salida
De la tormenta tenebrosa de mis miedos.
Mi travesía ha terminado
Y quiero permanecer para siempre aquí,
A tu lado, protegido por tu imponente figura,
Gozando de tu compañía, noche y día,
Envuelto en la bruma de los días grises,
Que casi son todos,
Escuchando el batir de las olas en las rocas
Y el graznido de las gaviotas
Que revolotean a tu alrededor.
Sé que no estoy sólo,
Me acompañan las almas
De los marinos del Serpent
Y de otros buques que, ingobernables,
No escaparon de la galerna.
Gracias por acogerme una vez más,
Tu luz intermitente en las noches oscuras
Marcará la tumba que he escogido a tu lado.
domingo, 4 de abril de 2010
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