viernes, 18 de marzo de 2011

Escritura automática.


Un folio virtual en blanco pantalla; teclado con letras mayúsculas impresas; números arriba y a la derecha; escape y las F del 1 al 12; juego de flechas señalando los cuatro puntos cardinales mal orientados; tabulador y teclas para mayúscula cuando proceda; cursor con flecha hacia la izquierda borrarando errores de escritura; línea roja que subraya las palabras que no existen o contienen error ortográfico; línea verde con sugerencias; pantalla que al momento registra lo escrito en tinta inexistente; dos manos que mueven los dedos rítmicamente pulsando las teclas que el cerebro ordena, siguiendo las instrucciones que la imaginación dicta, intentando plasmar el momento de la escritura, desconociendo lo que puede surgir en este experimento de contar el acto de escribir, acompañado con música de los Artic Monkeys, que de los altavoces parte, y la voz de Alex Turner que busca a “la mujer imaginada”, llamándola por su nombre, cada vez que a una chica encuentra, hasta hallar la respuesta en “Cornerstone”: “Se supone que no lo soy, pero sí, puedes llamarme como quieras”.

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