Final de agosto, calor en la atmósfera, presentimiento.
Nubes oscuras y pesadas de tormenta que llegan, por fin, fieles a la cita del final de verano, cargadas de agua, rayos, truenos, relámpagos y de esperanza para sacarnos, contundentemente, del sopor de los dos últimos meses.
Chaparrón refrescante que limpia el cielo de polvo y nuestras mentes de espejismos.
Ha llegado el momento del cambio, de cerrar las ventanas de la noche, escapar del ruido callejero y reencontrarnos con nosotros, sin miedo, en el silencio del otoño que avecina.
Sufriremos, todavía, calor a medio día y fresco en las noches feriadas; agotaremos los últimos cartuchos de pólvora de colores para cazar la alegría de la luz que mengua cada tarde anunciando el equinoccio de nuestras vidas: el equilibrio del tiempo vivido y el espacio que nos queda por delante.
Final de agosto, frescor en la atmósfera, sentimiento.