Siento que eres la número 1, por lo menos para mí, y a pesar de habernos conocido un día 13, en año bisiesto del siglo pasado, la suerte nos acompaña a los 2; porque somos eso: 2: 1 más 1, separados, no como el 11 que son dos 1 inseparables y primos: indivisibles por otros.
Después de mis 1.001 intentos de juntarnos en otro número par, tal vez el 4 porque yo soy 2 y tú 2 más, por lo menos, siempre terminamos en 0, en 0 a la izquierda que no vale nada, o casi todo.
De tal modo que hago cuentas trabajando con los números más raros: complejos, imaginarios, irracionales y trascendentes, y obtengo siempre el mismo resultado: el 1, que eres tú, mi número imposible, infinito, complejo e hiperreal.
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