"... se veía enseguida que estaba enamorada de él. ¿Enamorada? Bueno, llámalo así si quieres, porque ahorra explicaciones. Pero no de mí, de mi ser real, de este que te habla ahora mismo con sinceridad, sino de ese que ella se inventó y con el que sueña: lo acostumbrado. Y como ése, el que le interesa, es al mismo tiempo el que conoce, quien está diariamente a su lado permanece tan desconocido para ella como si no lo hubiera visto nunca."
Gonzalo Torrente Ballester.
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